Quinto Domingo de Cuaresma: Caminamos Juntos

POR HNA. NORMA PIMENTEL | 21 de marzo de 2021
Lecturas de hoy
Reflection in English

Por casi dos años, en el extremo sur del estado de Texas, al otro lado del Río Grande en Matamoros, Tamaulipas, México, miles de mujeres, hombres, niños y niñas vulnerables, han estado viviendo en un campamento provisional de tiendas, esperando respuesta a su petición de asilo en los Estados Unidos. Estas familias han dormido en tiendas donadas, expuestas a un clima lleno de extremos, donde la temperatura puede subir hasta 100 grados, y las lluvias desarman las tiendas y dejan a las personas en medio del barro. Imaginémonos viviendo en tanta incertidumbre, donde hay que depender de organizaciones de caridad para obtener comida y agua, y cocinando en fogatas.

Para mucha gente de este país, fue fácil mirar hacia otro lado, ya que no fueron testigos de todo esto. Pero ¿cómo no haber cruzado el puente y ponernos a su lado? ¿Cómo no responder al llamado de Dios a amar, a ese Cristo que está ante nosotros?

El Obispo de nuestra Diócesis de Brownsville TX, Daniel F. Flores, nos recuerda siempre: “caminamos juntos, o no vamos a llegar”.

Vivimos en gracia diariamente al acompañar a estas familias y al hacer lo que pudimos para darles esperanza en forma de un abrazo, una sonrisa, una comida, un lugar para que puedan descansar. Fuimos testigos de su fortaleza y del don de la fe viva en sus acciones. En las lecturas de hoy escuchamos al Señor decir… “el que quiera servirme, que me siga, para que donde yo esté, también esté mi servidor”

Habrá desafíos y alegrías. Después de dos años esperando, fuimos testigos del momento triunfante cuando estas familias fueron finalmente autorizadas para cruzar a los Estados Unidos. Dimos gracias por haber podido ser la presencia de Dios en sus vidas, por haber podido caminar con ellos en solidaridad. Sólo pudimos hacerlo por ser seguidores de Aquel que nos llama.

Mientras los acompañábamos y cruzábamos el puente juntos, miré hacia atrás, al lugar donde habían estado esperando, como si hubiese habido una manta de gracia sobre el campo. La mano de Dios les ofreció un amor bondadoso por medio de quienes son sus seguidores.

No tengamos miedo de despertarnos temprano y preguntarle a Dios… “¿Dónde quieres que te siga hoy?” Y ni tampoco de decir: ¡Aquí estoy!

Para la Reflexión:

  • ¿Dónde escucha la voz de Dios? ¿A dónde se siente invitado a ir, siguiendo a Aquel que le llama?
  • ¿Qué puentes debes cruzar para responder al amor de Dios?
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