Primer Domingo de Cuaresma | Cómo identificar una verdadera tentación

POR P. JAMES MARTIN, S.J. | 6 de marzo de 2022 
Primer Domingo de Cuaresma – Lecturas de Hoy
Reflection in English

A veces, la vida de Jesús puede parecer muy alejada de la nuestra.  Tal vez la mayoría de las veces. Después de todo, ninguno de nosotros es el impecable Hijo de Dios, el Mesías o la Segunda Persona de la Trinidad.  Pero Jesús es completamente divino y completamente humano.  Y una de las cosas más humanas que le sucede, está en el Evangelio de hoy: es tentado. 

Note que cada una de estas tentaciones implica algo bueno.  Primero, está tentado con comida.  A continuación, se siente tentado a ver si el Padre lo protegería físicamente.  Finalmente, se siente tentado a que otros lo adoren. 

Ahora, cada una de esas cosas es buena: Jesús tiene que comer.  No es tan malo que esté físicamente protegido.  Y tiene sentido que la gente adore al Hijo de Dios. 

Este es el verdadero ingenio de Satanás, o lo que los escritores espirituales llaman el “espíritu maligno”, el espíritu que nos aleja de Dios.  Suena contrario a nuestro sentido común, pero nos tientan, la mayoría de las veces, las cosas que parecen buenas, pero que luego nos llevan a algo malo.  Quiero decir, pocos de nosotros somos tentados a salir y asesinar a alguien.  Obviamente es malo, por lo que es fácil de identificar y, por lo tanto, más fácil de resistir.   

Las tentaciones más difíciles son las que parecen buenas. En mi propia vida, a menudo me siento tentado por el cuidado personal que está enmascarando cierto egoísmo.  “Oh”, digo, “no debería decir que sí a otra charla, conferencia o viaje, porque estoy cansado y necesito cuidarme”.  Eso puede terminar llevando al egoísmo o al egocentrismo.  Una vez más, es bueno cuidarse, pero no debe dominar todo lo demás.  San Ignacio de Loyola, a veces llama a esto el “ángel de las tinieblas” apareciendo como el “ángel de luz”. 

En otras palabras, mantente alerta a las verdaderas tentaciones.  Una vez que las hayas identificado, estarás a mitad de camino para resistirlas.