LA RED DE SOLIDARIDAD IGNACIANA | 30 de agosto de 2018 | EN INGLÉS
Este verano tres jesuitas en formación llegaron a El Paso en un momento inesperadamente crucial.
Desde el 17 hasta el 26 de julio Nazareth Shelter, uno de los muchos albergues temporeros de la Iglesia, completamente voluntarios, y coordinados por Casa Anunciación, una organización con 40 años de compromiso para servir personas que recién llegan a la frontera USA-México, se hizo cargo de una misión temporera: recibir a parientes e hijos reunidos, separados por la política “zero-tolerance” de la administración Trump.
Conan Rainwater, S.J. (Provincia USA Medioeste), que sirvió como director temporero del albergue, coordinando turnos voluntarios y grupos de comida, más otra logística, fue acompañado por Matthew Baugh, S.J. (Provincia USA Central y Meridional) y Matt Cortese, S.J. (Provincia USA Noreste).
Se juntaron con una red extensa de voluntarios encargados de proveer comida refugio y atender necesidades materiales básicas, además de ayudar a las familias a reconectarse con familias en los EE.UU. Así coordinaron planes de viaje, proveyeron transportación y acompañamiento al aeropuerto o la estación de autobuses a familias que quedaron abandonadas inesperadamente por horas del día y de la noche.
“En vez de llegar al albergue todos al mismo tiempo en uno o dos autobuses, como es el caso típico de parientes e hijos menores que son procesados y soltados con tobillera electrónica en sus parientes, las familias llegaron en números pequeños en camionetas durante todo el día y la noche”, compartió Rafael García, S.J., quien sirve a personas migrantes y refugiadas y es pastor asociado en el Sagrado Corazón, la parroquia jesuita en El Paso, que es miembro de la Campaña de Hospitalidad.