Jueves Santo: Compartiendo La Mesa Con Jesús

POR CECILIA GONZÁLEZ-ANDRIEU, PH.D. | 28 de marzo de 2024
Lecturas de hoy
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¿Te ha pasado que a veces estás escuchando una lectura, pero te distraes y no la oyes?  A mí me pasa.  Cuando algo nos es muy conocido, a menudo dejamos de prestar atención.  Lo mismo nos puede pasar con la experiencia de la Cuaresma.  Es Jueves Santo:  vamos a la iglesia, se lavan los pies de algunos, nos vamos a casa.  Otro Jueves Santo cumplido.

¿Qué podemos hacer para despertarnos? Hace varios años visité el estudio de arte donde mi amigo John August Swanson estaba elaborando su nueva obra de la Última Cena. Mientras lo miraba, noté que el color del vino en las copas no era rojo. ¡Busqué a Judas, pero no lo encontré! Esta fue la primera vez que vi una Última Cena con una mesa redonda, enmarcada por un cielo lleno de estrellas y pequeñísimas escenas representando las cosechas de trigo y vino y el llamado de Jesucristo a cuidarnos mutuamente.

¡Me desperté! Swanson había recuperado la belleza vivificante de compartir una cena con seres queridos. El cuadro nos llama a la igualdad e intimidad de una mesa redonda, y a olvidarnos por un rato de Judas y su traición. Nuestro mundo ya sufre demasiado. Esta es la mesa de Jesús donde todos son bienvenidos, donde hay suficiente pan (¿es pan dulce?) para llenar nuestros platos, donde las copas no recuerdan a sangre sino a ponche de frutas y fiesta. Soy bienvenida a esta mesa y también puedo crear mesas como esta. Jesús dijo que él vino para que vivamos la vida en abundancia (Juan 10:10). Yo lo creo. Este Jueves Santo quiero recordar la sorprendente abundancia de Dios y vivirla cada día.

• ¿Qué me he perdido de nuestras hermosas tradiciones religiosas porque dejé de prestar atención?
• ¿Dónde hay abundancia en mi vida?
• ¿Qué puedo hacer yo para crear abundancia para los demás?